sábado, 17 de mayo de 2008

¿Mande?

Primermo que nada, me disculpo por la ausencia del mundo bloggero, pues he tenido un lapso de bloqueo mental, donde no sabía sobre que escribir, afortunadamente esto no es un trabajo, sino habría estado en graves problemas, en fin, una ves más pido disculpas y ahora si vamos al tema.

Han escuchado que muchas personas, al ser llamadas dicen "Mande"? No recuerdo quién fue, pero hace ya algunos años, me explicaron muy precisamente por qué no debía contestar mande y la razón era porque al responder de esta manera estaba aceptando una especie de sumisión, como esclavo al usar esta expresión con para responder cuando su amo lo llamaba; el debía ir con la cabeza abajo y responder "Mande, patrón".

Cuando me contaron esto, la verdad no me pareció nada agradable; quizá suene prepotente, pero a nadie le gustaría ser esclavo de nadie, o si? Pero lo que me molestó no fue el hecho de decir mande y de la historia que me contaron, lo que realmente me molestó fue que cuando yo escuché esta historia, ya no existía la esclavitud; sin embargo, se puede aprecia hasta esta fecha, la opresión que han sufrido ciertos sectores, la diferenciación de clases sociales por la falta de recursos para acceder a un mejor nivel de educación y vida en general. No me parece que se deba responder a un llamado usando "Mande" como respuesta, pues existen otros modos de responder con educación y respeto, como: "Dígame", "En que l@ puedo ayudar", etc.

Puede sonar ridículo, pero es que hay que entender que no solo es cuestión de una palabra, sino que es cuestión de actitud. Este cambio de actitud no solo debe ser por las personas pobres, sino también por los discapacitados de todo tipo, es imprescindible el entendimiento que también son personas con necesidades, sentimientos, etc., mereciendo nuestro respeto y consideración. Tratemos a las personas como personas, indistintamente su etnia, sexo, inclinación sexual, condición socioeconómica, discapacidad o aspecto físico. Este tipo de mentalidad debe incluirse en la formación de las nuevas generaciones. Evitemos que nuestros hijos respondan con esa palabra, cuando alguien nos responda con esa frase, respondamos que nosotros no mandamos, nosotros llegamos a acuerdos o se siguen patrones preestablecidos. Ve podrá ver un cambio de actitud en el trabajo y con las relaciones interpersonales, mejorando notablemente la forma de desarrollo de la gente y eventualmente del país. No creo la necesidad de aclarar que esto no es milagroso y que no solo depende de este cambio de actitud, pues es una de las tantas cosas que se necesitan para arreglar el país, pero se empieza de alguna manera.

Sea educado y cortés, trate a la gente como si estuviera tratándose a usted mismo, recuerde esta frase de la civilización Maya: "Tu eres otro yo, yo soy otro tu"

1 comentario:

NO A LA DISCRIMINACION dijo...

Hola G. este artículo es extraordinario.
Parece que vino bien el descanso.
Felicitacionessss

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